La Secretaría de Salud amplió el paquete de medidas de prevención, vigilancia y control de la viruela símica, luego que se comprobó la existencia de 55 casos en 9 estados de la República Mexicana.
El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, declaró el brote mundial de viruela símica como una emergencia de salud pública de importancia internacional (ESPII) y presentó una serie de recomendaciones para los países miembros de este organismo.
La declaratoria de ESPII atiende varios criterios, no necesariamente porque se trate de una enfermedad grave o de rápida propagación, ya que la OMS la considera como leve, autolimitada y de baja transmisión.
Sus características clínicas, mecanismos de transmisión y velocidad de propagación son considerablemente diferentes a COVID-19.
La nueva fase del paquete de intervenciones preventivas incorpora la emisión de un segundo Aviso Epidemiológico de Viruela Símica para todas las unidades médicas y de salud pública y presenta las guías de práctica clínica para la atención estandarizada.
Además, se habilitará el centro automatizado de atención telefónica para orientar a las personas y facilitar el acceso a la atención, mientras que en el sitio específico de internet para viruela símica se presentarán diversos materiales informativos de promoción de la salud.
También, se capacitará al personal de salud y se realizarán talleres de concientización y manejo de riesgos dirigidos a poblaciones clave, entre otras medidas.
Los lineamientos de vigilancia epidemiológica y diagnóstico por laboratorio, en vigor desde el inicio de la epidemia en mayo de 2022, ha guiado la detección oportuna y confirmación de casos sospechosos.
La viruela símica o del mono es una enfermedad infecciosa transmitida de animales salvajes al ser humano. Los hospedadores principales son diferentes especies de roedores silvestres, como ratones y ardillas endémicos del centro de África.
Se transmite por contacto directo con animales infectados como monos y roedores; por exposición a secreciones de una persona infectada a través de mucosas o lesiones de la piel; por comer carne mal cocida y otros productos de animales contaminados con el virus.
Otros mecanismos conocidos incluyen gotitas respiratorias y objetos contaminados con los líquidos corporales de la persona enferma.
En México, la viruela símica no es una enfermedad endémica, por lo que la transmisión es principalmente por contacto estrecho (incluidas las relaciones sexuales) con personas infectadas durante su periodo de contagio o a través de objetos contaminados (ropa, ropa de cama, toallas y otros).
Después de la exposición al virus, la persona contagiada permanece asintomática de 7 a 14 días antes del inicio de los síntomas.
Los principales síntomas son fiebre de inicio repentino de 38 grados o más, dolor de cabeza, fatiga y debilidad, dolores musculares, inflamación de los ganglios linfáticos, erupciones que aparecen primero en la cara, las manos y posteriormente se extienden al resto del cuerpo.
La enfermedad se previene al evitar contacto físico directo con personas infectadas o con sospecha de enfermedad y con los objetos de uso personal y materiales usados para la atención médica; se recomienda lavado de manos con agua y jabón o utilizar gel antibacterial.
La persona enferma debe cubrir nariz y boca con la parte interna del codo al estornudar o toser; evitar compartir alimentos, bebidas, cubiertos y platos.
También, disminuye el riesgo de contagio lavar con agua tibia y detergente la ropa, toallas y sábanas de la persona enferma y los utensilios para comer, así como limpiar y desinfectar superficies contaminadas.
En caso de presentar síntomas, se debe evitar acercarse a otras personas y acudir a lugares públicos.
La evidencia científica disponible sugiere que las dos vacunas existentes contra la viruela humana tienen una efectividad imprecisa para prevenir la símica.
El Grupo Técnico Asesor del programa de Vacunación (GTAV), analiza la pertinencia de incluir esquemas de vacunación contra esta enfermedad dirigidos a poblaciones específicas; dadas las características epidemiológicas de la transmisión de este padecimiento, la vacunación podría ser de uso limitado y no de carácter universal.