En el complicado mundo de las finanzas personales, las tarjetas de crédito juegan un papel fundamental en la vida cotidiana de muchas personas.
Sin embargo, es importante tener en cuenta la relación entre estas tarjetas y el Servicio de Administración Tributaria (SAT) para evitar posibles problemas fiscales.
“El SAT, encargado de fiscalizar todas las cuentas, sin importar si son de nómina, tarjetas de crédito o débito, ha implementado una medida conocida como discrepancia fiscal”, dice César Cervantes, experto en contabilidad e impuestos.
Una de las prácticas que se debe evitar es prestar tarjetas de crédito personales a terceros para que realicen compras.
Aunque pueda parecer inofensivo, este acto puede interpretarse como ingresos no declarados por parte del titular de la tarjeta, lo que conlleva multas y sanciones por parte de las autoridades.
La condonación de deudas por parte de los bancos también puede tener consecuencias fiscales. Incluso si se decide no pagar una deuda, es importante recordar que esa condonación se considera ingreso y debe ser reportada correctamente al SAT.