En Nueva York, Estados Unidos unos jóvenes de 16, 17 y 18 años decidieron entrar a un lago privado y robar a una cisne junto con cuatro de sus polluelos. Lamentablemente mientras lo hacían la mamá terminó muriendo.
Como ese lago es privado y ha tenido cisnes por más de 100 años, las autoridades comenzaron con la búsqueda de los patitos y del cisne y tras algunos días descubrieron en una tienda a uno de los patitos en venta como mercancía.
Los dueños de la tienda les dijeron que sus antiguos empleados se los habían dado para vender y fue en ese momento en que los policías tuvieron las pistas de donde estaban los demás patitos a los cuales lograron encontrar sanos y salvos.
Sin embargo, cuando encontraron a los jovencitos confesaron que ellos habían matado al cisne y luego la habían cocinado para comérsela en compañía de toda su familia en el Día de los Caídos.
Ante este hecho los jóvenes fueron acusados de los cargos de hurto mayor en tercer grado, destrucción criminal en segundo grado, conspiración en quinto grado y entrada ilegal en tercer grado.