El amor a la patria nace desde el hogar y los padres de familia deben ser los encargados de inculcar ese amor, respeto y compromiso para dar siempre lo mejor de sí para cuando la nación lo necesite, expresó el coordinador del Comité Pro Símbolos Patrios, Alfonso García Miranda, durante la ceremonia para conmemorar la Toma de Zacatecas.
La ceremonia se llevó a cabo en la Plaza Cívica Donde Inicia la Patria, ubicada en la avenida De los Aztecas, en la colonia Azteca, donde se recordaron los hechos ocurridos el 23 de junio de 1914.
Durante este evento se colocó una ofrenda floral, se dio el toque de silencio a cargo de soldados del Noveno Regimiento de Caballería Motorizado y la entonación del Himno Nacional Mexicano.
García Miranda comentó que es importante que en todo el país, pero sobre todo en el norte y sus ciudades fronterizas, se refuercen los valores patrios; que las y los niños conozcan sus caudillos, sus luchas y sus esfuerzos para que hoy México sea un país libre y soberano.
Consideró que desde la casa se deben enseñar y reforzar los símbolos patrios, conocer las fechas históricas y cómo esos eventos marcaron el presente de México, porque “uno como padre de familia tiene la gran responsabilidad de inculcarles lo mejor, decirles que vivimos en un país hermoso y que vale”.
Relató que él inició este tipo de conmemoraciones hace casi 30 años con una “paletas” y una pequeña bandera; un ingeniero que se dio cuenta le ofreció hacerle un asta bandera, cosa que cumplió y con el tiempo la plaza cívica se fue transformando.
Después de casi tres décadas, pues el aniversario del Comité es en septiembre, sabe que un día debe dejar esta actividad, pero cuenta con el apoyo de sus hijas además de su nieta Regina Guadalupe, de 9 años de edad, quien siempre acude a las celebraciones y no duda que un día ella sea la encargada de llevar a cabo estos eventos.
Sobre la Toma de Zacatecas, dijo que el 23 de junio de 1914 se vivió un hecho trascendental en la Revolución Mexicana y en la batalla de Zacatecas se dio la derrota del ejército federal y la consolidación del ejército constitucionalista.
Fue un enfrentamiento de sangre y fuego, donde ambos bandos tuvieron pérdidas significativas, pero la estrategia militar de Felipe Ángeles y Francisco Villa lograron inclinar la balanza a su favor.
Esta fue una batalla que cobró cientos de vidas civiles, pues los federales hicieron explotar varios edificios de Gobierno.
García Miranda dijo que esta historia y muchas otras de México se deben conocer para así poder valorar la libertad que hoy se tiene en México.
De acuerdo a la historia que se narra sobre esta batalla, el 23 de junio de 1914 la artillería de Felipe Ángeles inició el fuego sobre los bastiones federales ubicados en los cerros de Zacatecas.
Bajo una fuerte lluvia, Francisco Villa lanzó ataques de caballería y de infantería en contra de las defensas que protegían la ciudad.
Contra el pesado fuego de las ametralladoras y contra la artillería bien alineada, la División del Norte fue ganando terreno. Las pérdidas de Villa fueron cuantiosas, pero la artillería de Ángeles atrajo el fuego deliberadamente hacia sí misma para que las fuerzas atacantes pudieran avanzar.
Felipe Ángeles escribiría sobre ello: “La artillería intimida; cuando el cañón truena, el enemigo se esconde y nuestra artillería avanza, y cuando el enemigo se atreve a asomar la cabeza, ya tiene a la infantería nuestra encima, y abandona apresurado la posición”.
Alrededor de las 2:30 se capturaron las cimas que dominaban la ciudad, a las 4:00 de la tarde cayó el cerro de El Grillo después de un rudo y sangriento combate, y a las 6:00 se abatió la posición de La Bufa.
Los federales iniciaron su retirada en forma alocada y desorganizada. Antes, dinamitaron el edificio federal, que también servía de arsenal y la explosión mató a unos 300 civiles, en su mayoría mujeres y niños.
Más civiles murieron por las explosiones provocadas para destruir edificios estatales y municipales. Los villistas tomaron la ciudad desde tres direcciones y a pesar de sus grandes pérdidas, la superioridad numérica se impuso.
Los federales, rodeados, trataron de encontrar una salida, algunos cientos pudieron escapar hacia Aguascalientes, destruyendo las vías del ferrocarril a su paso, pero la mayoría murieron acorralados entre fuego de enfilada y cruzado.
Los resultados de la lucha fueron casi seis mil muertos y 300 heridos de los federales; mil muertos y 200 heridos de los revolucionarios. Más de tres mil federales prisioneros, de los cuales, algunos fueron fusilados, otros incorporados al ejército de Villa y otros más, liberados porque eran de leva.
Cientos de civiles muertos y heridos, la ciudad seriamente dañada; equipo capturado de 12 mil rifles, 12 cañones, varias ametralladoras, nueve trenes y 12 cañones montados en carros plataforma de ferrocarril.
Destruido el ejército federal, ya no quedó ni una plaza fuerte entre Villa y la Ciudad de México.