Miguel Ángel Yunes Linares tomó protesta esta mañana como senador suplente de su hijo, Miguel Ángel Yunes Márquez, quien pidió licencia a su escaño debido a problemas de salud. A su llegada, Yunes Linares fue recibido entre aplausos por los legisladores de MORENA, mientras que los senadores del PAN, partido del que forma aún parte, lo acusaron de traición, gritándole «traidor» en el pleno.
En su primera intervención, Yunes Linares negó rotundamente cualquier acusación de traición, asegurando que su voto sería libre y sin presiones del Gobierno Federal. «No soy ningún traidor», afirmó ante los legisladores, y subrayó que su decisión no estaba condicionada por intereses externos.
La ausencia de Daniel Barreda, senador de Movimiento Ciudadano por Campeche, quien en días anteriores había manifestado su intención de votar en contra de la reforma, también fue clave para que la coalición oficialista lograra los votos necesarios. Barreda no asistió a la sesión, luego de que su padre fuera detenido en Campeche, en lo que se ha calificado como una presunta represalia política.
Con el voto de Yunes a favor, dos senadores del PRD que se pasaron a MORENA y la ausencia del legislador de MC, el partido MORENA alcanzaría los votos necesarios para aprobar la Reforma Judicial.
Con los 86 votos obtenidos, la Reforma Judicial avanzaría en el Senado y sería una «victoria» para el partido gobernante y sus aliados, quienes consideran que la reforma es necesaria para garantizar la imparcialidad y el fortalecimiento del Poder Judicial. Sin embargo, la oposición ha manifestado su desacuerdo, advirtiendo que esta medida compromete la independencia judicial y vulnera derechos fundamentales.
Esta primera jornada en el Senado estuvo marcada por tensiones, intercambios verbales y acusaciones, reflejando el alto nivel de confrontación que ha rodeado el debate sobre la Reforma Judicial, sin embargo, se citó a otra sesión a las 14:30 horas.