El cerebro y el intestino se encuentran en una comunicación constante que ayuda a controlar la alimentación y otros comportamientos. Una nueva tecnología ha permitido a los investigadores demostrar que pueden controlar circuitos neuronales que conectan a los dos órganos en ratones.
Ingenieros del Instituto de Tecnología del Massachusetts (Estados Unidos) publican en Nature Biotechnology un estudio sobre esa nueva técnica para sondear los circuitos neuronales que influyen en el hambre, el estado de ánimo y varias enfermedades. Con el uso de fibras equipadas con sensores, así como fuentes de luz para la estimulación optogenética, los investigadores revelaron que pueden controlar circuitos neuronales que conectan el intestino y el cerebro, con lo que podían inducir sensaciones de saciedad o comportamientos de búsqueda de recompensas manipulando células del intestino de los roedores.
En futuros trabajos, esperan explorar algunas de las correlaciones que se han observado entre la salud digestiva y afecciones neurológicas como el autismo y la enfermedad de Parkinson.
Aunque durante mucho tiempo se creía que el cerebro era “un tirano que enviaba información a los órganos y lo controlaba todo, en la actualidad se sabe que existe mucha retroalimentación hacia el cerebro, la cual potencialmente controla algunas de las funciones que antes atribuíamos exclusivamente al control neural central», dijo la coordinadora del estudio, Polina Anikeeva, del MIT.
El equipo creó una interfaz con la que hicieron una serie de experimentos para demostrar que podían influir en el comportamiento manipulando tanto el intestino como el cerebro, indica EFE.